Editorial: Felipe Useche
Antes de que las canciones de empoderamiento se volvieran un asunto de todos los días, estaba “Roar”, la canción que abrió el tercer álbum de Katy Perry, titulado Prism. Un 18 de octubre de 2013, el álbum surgió luego de años difíciles para la cantante de 29 años que, en un principio, hubiera preferido sacar un álbum menos alegre y positivo.
Por suerte, Katy Perry dejó pasar el tiempo mientras la dejaban cocinar sus canciones. El resultado es un álbum muy variado, repleto de momentos de contemplación, furiosas demostraciones de fiesta, melancólicos tracks electrónicos y pegajosas melodías. Desde el cautivador “Roar” hasta la emotiva balada de “Unconditionally”, cada pista es una obra maestra que ha dejado una huella imborrable en el paisaje musical.
En últimas, PRISM fue un álbum de recuperación en el que cada canción es una exploración de un complejo sentimiento de camino, de nuevo, a la estabilidad emocional. Esa autenticidad resonó ampliamente con el público, que luego de su estrenó corrió a comprar el álbum, convirtiéndose en uno de los álbumes con mejores ventas del 2013 y lanzando a Katy Perry a la fama verdaderamente global. A lo largo del 2014 el álbum siguió vendiéndose bien y le garantizó una nominación a los Grammy por mejor álbum de Pop.
Un cambio de perspectiva, un álbum que debía destilar oscuridad pero, por suerte, resultó en pura luz. Un rugido de vida, hecho por instinto de supervivencia y que nos dejó de los momentos más íntimos y auténticos de una artista. Sin duda, un álbum clásico del pop contemporáneo pare recordar hoy, en su cumpleaños número 10.
No te pierdas los videos de este gran álbum “Roar” y “Dark Horse”